A veces no se nos ocurre otra
forma mejor de explicar algo que con un simple y aburrido texto, sin dar
importancia a lo que sentimos, pensamos o imaginamos. Por ello no voy a
comenzar a explicar algo tan complejo y sencillo como es la música, sin valorar lo que más sentido tiene. La necesidad de esta salida, esa
necesidad de expresar lo que tienes dentro del cuerpo y que no puedes
describir, esa vía de escape tan imprescindible que nace de una casualidad.
Ella era joven, con los ojos
claros y azul rabioso, brillantes, como el mar cuando suelta la espuma después
de haber arrancado la arena de sus caracolas. Y su pelo... su pelo era largo y
alborotado, del color de las viejas cortezas de los árboles de otoño. Tenía
imaginación y su único propósito en el día se basaba en sobrevivir. Podríamos
definir su vida como una continua lucha contra la naturaleza, contra su cuerpo
y los perjuicios de él, contra todo lo que tenía a su alrededor. Se levantaba
de entre los rastrojos, con la piel quemada, llena de arañazos y morena, como
si del chocolate se tratara. No tenía a nadie a su alrededor y necesitaba
alimentarse de cualquier sustancia que la pudiera mantener con vida durante
unos días más. Salía, cazaba, dormía, luchaba, pescaba, observaba las estrellas
a la sombra de la ponte luz lunar, y volvía a cerrar los ojos. Era extraño pero
cada cierto tiempo, al día siguiente… parecía haber cambiado de ser.
Por unos minutos dejemos de lado esta última frase
y centrémonos en la entrada de esta historia. Un día al igual que todos los
demás, nuestra protagonista se levantó y decidió ir a buscar algo que llevarse
a la boca, consiguió divisar un animal a pocos metros de allí y decidió
acercase un poco más. Comenzó a comérselo sin ningún tipo de asco o desprecio,
como ya había hecho anteriormente en muchas ocasiones. Pero esta vez algo cambió, algo
fue diferente. Podríamos decir, literalmente, que algo sonó distinto. Al
terminarse una de las piezas de carne y al haber dejado los huesos tan
sumamente limpios, chocaron entre si y produjeron un sonido, bastante raro para
sus tímpanos. Lo dejó pasar como si de un simple ruido extraño se tratase y
continuó su desayuno. Pero pasaron los días y la volvió a suceder lo mismo, fue
entonces cuando la muchacha decidió plantearse si aquello podía tener más
sentido de lo que a simple vista parecía…