domingo, 9 de octubre de 2016

Sueño entre corcheas



A veces no se nos ocurre otra forma mejor de explicar algo que con un simple y aburrido texto, sin dar importancia a lo que sentimos, pensamos o imaginamos. Por ello no voy a comenzar a explicar algo tan complejo y sencillo como es la música, sin valorar lo que más sentido tiene. La necesidad de esta salida, esa necesidad de expresar lo que tienes dentro del cuerpo y que no puedes describir, esa vía de escape tan imprescindible que nace de una casualidad.

Ella era joven, con los ojos claros y azul rabioso, brillantes, como el mar cuando suelta la espuma después de haber arrancado la arena de sus caracolas. Y su pelo... su pelo era largo y alborotado, del color de las viejas cortezas de los árboles de otoño. Tenía imaginación y su único propósito en el día se basaba en sobrevivir. Podríamos definir su vida como una continua lucha contra la naturaleza, contra su cuerpo y los perjuicios de él, contra todo lo que tenía a su alrededor. Se levantaba de entre los rastrojos, con la piel quemada, llena de arañazos y morena, como si del chocolate se tratara. No tenía a nadie a su alrededor y necesitaba alimentarse de cualquier sustancia que la pudiera mantener con vida durante unos días más. Salía, cazaba, dormía, luchaba, pescaba, observaba las estrellas a la sombra de la ponte luz lunar, y volvía a cerrar los ojos. Era extraño pero cada cierto tiempo, al día siguiente… parecía haber cambiado de ser. 

Por unos minutos dejemos de lado esta última frase y centrémonos en la entrada de esta historia. Un día al igual que todos los demás, nuestra protagonista se levantó y decidió ir a buscar algo que llevarse a la boca, consiguió divisar un animal a pocos metros de allí y decidió acercase un poco más. Comenzó a comérselo sin ningún tipo de asco o desprecio, como ya había hecho anteriormente en muchas ocasiones. Pero esta vez algo cambió, algo fue diferente. Podríamos decir, literalmente, que algo sonó distinto. Al terminarse una de las piezas de carne y al haber dejado los huesos tan sumamente limpios, chocaron entre si y produjeron un sonido, bastante raro para sus tímpanos. Lo dejó pasar como si de un simple ruido extraño se tratase y continuó su desayuno. Pero pasaron los días y la volvió a suceder lo mismo, fue entonces cuando la muchacha decidió plantearse si aquello podía tener más sentido de lo que a simple vista parecía…